En un perro tembloroso, sobre todo en las patas traseras, pueden influir varios factores, como la fatiga muscular, el sobreesfuerzo o el frío.
Además, la causa pueden ser factores emocionales, como el estrés, o causas médicas, como calambres.
En algunos casos, el temblor también puede ser señal de problemas de salud más graves, como problemas estomacales o envenenamiento.
¿Por qué tiemblan los perros con las patas traseras? - 5 razones principales
Es importante vigilar de cerca el comportamiento de tu perro y consultar al veterinario si los síntomas persisten o son preocupantes.
Sobreesfuerzo y calambres:
Cuando un perro juega intensamente o está activo durante largos periodos de tiempo, gasta mucha energía y somete a sus músculos a un gran esfuerzo. Esto puede hacer que se sienta sobreexigido, como un humano después de un entrenamiento intenso. El resultado de este sobreesfuerzo puede ser el temblor de las patas traseras, que puede ser un signo de fatiga o tensión muscular. Además, un músculo sobrecargado puede sufrir calambres. Los calambres suelen ser dolorosos y pueden verse exacerbados por el temblor. Además, si el perro deja de responder a su dueño, puede ser un signo claro de calambre u otro trastorno grave. En tales situaciones, es importante que un veterinario investigue la causa y deje al perro tiempo suficiente para recuperarse.
Sensibilidad al frío:
Cada perro es diferente, y aunque algunas razas de perros con pelaje grueso ya tienen incorporada la protección contra el frío, hay otras, sobre todo las de pelaje corto o fino, que son más susceptibles al frío. Estos perros pueden congelarse rápidamente, lo que puede provocar escalofríos en todo el cuerpo. Una prenda de abrigo para perros, como un abrigo o un jersey, puede ayudar a mantener caliente el cuerpo del perro, reduciendo los escalofríos. Es importante ser consciente de las condiciones climáticas y proteger al perro en consecuencia.
Problemas estomacales, musculares y agotamiento:
Los perros, sobre todo los grandes, pueden ser propensos a sufrir problemas estomacales. Los signos pueden incluir un aumento de la salivación, vómitos o un lenguaje corporal inusual. Además de los problemas estomacales, los perros mayores pueden desarrollar piernas temblorosas debido al desgaste muscular y a la debilidad general que se produce con la edad. La fatiga y la debilidad musculares también pueden aparecer en perros jóvenes, sobre todo tras una actividad intensa. Es importante controlar la actividad física del perro y asegurarse de que no se sobrecarga de trabajo.
Estrés emocional:
Al igual que los humanos, los perros pueden sufrir estrés emocional. Los ruidos fuertes y repentinos, como truenos o fuegos artificiales, pueden provocar ansiedad en muchos perros. El temblor es una reacción natural del cuerpo al estrés o la ansiedad. Aparte del temblor, los perros también pueden mostrar signos de inquietud, jadeo o ladridos excesivos. Los remedios homeopáticos, como las Flores de Bach o los sedantes especiales, pueden ayudar a aliviar el estrés del perro y calmarlo.
Exposición a toxinas:
La curiosidad de un perro a veces puede volverse peligrosa, sobre todo si come o ingiere algo tóxico. Los síntomas de intoxicación pueden ser variados, pero el temblor es un signo frecuente. Otros síntomas pueden ser vómitos, diarrea, dificultad para respirar o inconsciencia. Si un perro muestra signos de posible envenenamiento, es importante buscar atención veterinaria inmediatamente. Actuar con rapidez puede salvar la vida. Es aconsejable mantener las sustancias y plantas potencialmente venenosas fuera del alcance de los perros.
Un perro tembloroso puede tener varias causas. Es importante identificar la causa para ayudarle eficazmente. En caso de duda, siempre es aconsejable consultar a un veterinario.