Enfermedad de Lyme en perros: síntomas, tratamiento y riesgos
La protección contra las garrapatas es importante para las personas y los animales domésticos. Al comienzo de la temporada de garrapatas, los medios de comunicación advierten del peligro de las mismas. El material informativo está disponible en todas las consultas veterinarias. ¿Qué peligro corre tu perro realmente? ¿Es puro alarmismo o un hecho real? Tu perro puede contraer un patógeno peligroso en cualquier momento a través de la picadura de una garrapata. Las garrapatas pueden transmitir a tu perro las siguientes enfermedades:
- Enfermedad de Lyme
- Anaplasmosis
- FSME
- Babesiosis
- Ehrlichiosis
En este artículo te informamos sobre la enfermedad de Lyme en perros. Puedes encontrar información detallada sobre las posibles enfermedades infecciosas bacterianas causadas por la picadura de una garrapata en el enlace del Portal de Parásitos.
Fundamentos y causas de la enfermedad de Lyme
Las borrelias (bacterias) tienen forma de espiral y se encuentran en el intestino de la garrapata. Una vez que la garrapata ha picado y empieza a chupar la sangre, las bacterias pasan del intestino a la glándula salival y de ahí entran en el torrente sanguíneo de tu perro. Este proceso lleva algún tiempo. El periodo es de entre 16 y 24 horas.

En el norte de Europa, aproximadamente una de cada tres garrapatas es portadora de estas bacterias. Estos patógenos están muy extendidos, pero hay diferencias regionales. El riesgo de infección varía entre el 5 y el 50 por ciento en las zonas con garrapatas.
Síntomas y diagnóstico de la enfermedad de Lyme
Tras una picadura de garrapata, las bacterias viajan por el torrente sanguíneo a todas las zonas del cuerpo del perro. Esta enfermedad infecciosa bacteriana puede extenderse a las articulaciones, los órganos o el sistema nervioso. Lo más frecuente es que las articulaciones del perro se vean afectadas.
El sistema inmunitario de tu perro tarda en responder a estos "invasores". Los posibles signos de la enfermedad de Lyme pueden aparecer después de cuatro a seis semanas:
- Fatiga.
- Pérdida de apetito.
- Fiebre de hasta 40,5 °C.
Un enrojecimiento circular de la piel alrededor del sitio de la picadura suele estar ausente en el perro o no puede diagnosticarse a través del pelaje. Si el sistema inmunitario de tu perro no es capaz de hacer frente a estos patógenos, se producirá un nuevo brote de la enfermedad. Esto puede ocurrir fatalmente después de semanas o meses.
Durante esta fase se produce una inflamación articular dolorosa. Tu perro está cojo. Esta molestia se produce después de ponerse de pie y en diferentes lugares. Esta cojera alternante afecta a las patas delanteras y traseras. Además de estos signos, tu perro sufre de:
- Picos de fiebre.
- Pérdida de apetito.
- Dolor muscular.
En casos raros y especialmente graves, el corazón o los riñones pueden resultar dañados. El daño renal puede llegar a la insuficiencia renal con un resultado fatal.
Terapia y prevención de la enfermedad de Lyme
Como en el caso de cualquier enfermedad infecciosa bacteriana, el tratamiento debe o tiene que darse lo antes posible. Debido a los síntomas, a veces poco claros, debes llevar a tu perro a la consulta veterinaria ante la menor sospecha. Ahí se puede confirmar el diagnóstico con una prueba rápida o desechar la sospecha como infundada.
Si el resultado es positivo, se iniciará el tratamiento con un antibiótico. Por lo general, debe administrarse a su perro durante cuatro semanas. Es posible que se consiga una cura completa en la fase progresiva de la enfermedad, pero cuando la enfermedad está avanzada no siempre es posible. Esto puede ocasionar que tu perro sufra síntomas posteriores o dolencias crónicas en el futuro.
Los patógenos de la borreliosis más peligrosos para tu perro son los siguientes:
- Borrelia burgdorferi en sentido estricto.
- Borrelia afzelii.
- Borrelia garinii.
Y contra ellos existe una vacuna que puedes administrar a tu canino para protegerlo frente a la enfermedad.
Además, debes proveer a tu perro un repelente de garrapatas (de aplicación externa o un collar antigarrapatas). Estos antiparasitarios no pueden asegurar al 100% que tu cuadrúpedo no sea picado por alguna garrapata. En el caso de los perros que nadan habitualmente o que tienen pelo muy largo, esta protección se reduce aún un poco más.
Complementa esta protección con la exploración diaria del cuerpo del perro. Especialmente la cabeza (orejas, hocico) y el pecho pueden verse afectados al olfatear la hierba alta. Esta rutina después del paseo te dará tranquilidad y a tu perro le encantará este ritual. Hay que retirar cuidadosamente cualquier garrapata encontrada con la mano o con pinzas para garrapatas. Que no cunda el pánico: la infección no se produce hasta varias horas después de la picadura de la garrapata.
