Secreción ocular en perros
Los ojos llorosos en los perros no son infrecuentes. Algunas razas tienen incluso una predisposición a ello debido a sus características anatómicas. Sin embargo, no es infrecuente que el lagrimeo sea un signo de inflamación del ojo. Por ello, no hay que limitarse a ignorar estos síntomas, sino que se deben examinar más de cerca. En el siguiente artículo obtendrás una visión general de las diversas causas de los ojos llorosos, lo que hay detrás de ellos y los métodos de tratamiento disponibles.
Fundamentos y causas del lagrimeo
Cuando a un perro le lloran los ojos, esto también se llama epífora y básicamente se refiere a la secreción excesiva de un líquido acuoso del ojo afectado. La secreción puede ser acuosa y clara, pero en algunos casos también puede ser de color amarillento-purulento o blanco viscoso. Básicamente, se puede reconocer la presencia de este lagrimeo observando el conducto lagrimal o surco de secreción, que se encuentra debajo del ojo afectado. Pero también el pelaje húmedo alrededor del ojo puede indicar flujo ocular.
Las causas de la epífora pueden ser muy diferentes, ya que los síntomas de este tipo suelen aparecer en enfermedades de los ojos. Sin embargo, en algunos casos, el polvo o las sustancias irritantes pueden causar ojos llorosos. Las siguientes causas, entre otras, pueden ocasionar secreción ocular:
- Cuerpo extraño
- Lesiones oculares
- Conjuntivitis
- Glaucoma (llamado a veces "estrella verde")
- Distiquiasis
- Trichiasis
- Conducto lagrimal cerrado
- Entropión
- Ectropión
El lagrimeo de los ojos también puede ser un indicio de inflamación de la piel del ojo o de los senos paranasales. Asimismo, puede darse el caso de una fractura de la cuenca del ojo, tumores, enfermedades infecciosas o parálisis del nervio facial.
Síntomas de la epífora en perros y diagnóstico
La cantidad de secreción depende básicamente de la causa. El lagrimeo puede ser unilateral o bilateral. Si la causa es una conjuntivitis, por ejemplo, la sustancia suele volverse de color amarillo a gris e incluso puede adquirir una consistencia mucosa en algunos casos.
Como resultado de la inflamación de la córnea o de una reacción alérgica, la secreción de los ojos suele ser clara y acuosa. Si ya ha alcanzado un estadio crónico, suele formarse el llamado conducto lagrimal o surco de secreción. Cuando eso ocurre, el pelaje está pegajoso y muestra una decoloración marrón rojiza.
Los ojos irritados suelen picar mucho, por lo que el animal intenta rascárselos con más frecuencia.
Si has observado estos síntomas en tu perro, deberías consultar a un veterinario. Este realizará un examen ocular detallado para averiguar la causa del malestar de tu amigo de cuatro patas.
Durante este examen, el veterinario buscará específicamente lesiones oculares, cuerpos extraños o incluso tumores visibles. Además, se toma una muestra de la conjuntiva, con la que se pueden detectar patógenos invisibles, como hongos o bacterias.
Para saber si el conducto lagrimal del perro está obstruido, el veterinario también realiza una prueba de tinción especial. Aquí, la fluoresceína, un tinte verdoso, se deja caer en el ojo. El canal es permeable cuando la fluoresceína es secretada. Posteriormente, se pueden llevar a cabo otros exámenes y pruebas.
Tratamiento y prevención del lagrimeo
Básicamente, el tratamiento depende de la causa de la afección ocular concreta. Por ejemplo, si la secreción está causada por una alergia, el veterinario te aconsejará que evites todas las sustancias alergénicas en el futuro. Si se trata de un caso especialmente difícil, solo la hiposensibilización puede ayudar al final.
Si el desencadenante son las bacterias, se recetarán colirios o pomadas oculares antibióticas y antimicóticas. Además, existen soluciones especiales si la enfermedad consiste en una obstrucción del conducto nasolagrimal. En general, también se recetan medicamentos y pomadas especiales para las lesiones oculares con el fin de aliviar al perro. En el caso de tumores o malformaciones de los párpados, solo la cirugía puede ayudar.
Básicamente, el lagrimeo únicamente puede prevenirse hasta cierto punto. Como precaución, debes examinar los ojos de tu perro con regularidad y consultar inmediatamente a tu veterinario si hay algún cambio. Si tu perro tiene el pelo largo alrededor de la cabeza, puede ser beneficioso recortar el pelaje de la zona de los ojos para evitar una mayor irritación.
Si tu perro tiene alergias comprobadas, también debes tener cuidado de evitar el contacto con los alérgenos en cuestión. Como ya se ha mencionado, la hiposensibilización o los alimentos hipoalergénicos pueden ayudar en este caso.