Las enfermedades cardiacas más comunes en los perros
La llamada miocardiopatía dilatada y la insuficiencia cardiaca son especialmente frecuentes. Algunas razas de perros se ven afectadas más a menudo que otras. El riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca también aumenta a medida que el perro envejece. Aunque son incurables, los perros con enfermedades cardiacas pueden seguir teniendo una vida canina feliz y adecuada a su especie.

Miocardiopatía dilatada (DMK): diagnóstico y control
Esta enfermedad se caracteriza por la dilatación y el debilitamiento de la función muscular de la cámara izquierda o de ambas cámaras del corazón en los perros. Se trata de una cardiopatía posnatal adquirida por diversas causas: idiopáticas (causa exacta desconocida), genéticas (hereditaria), debida a trastornos endocrinos, tóxicas o inflamatorias, y la más infrecuente cardiopatia nutritiva, causada por deficiencia o desnutrición. Esta última se ha descrito para el cocker spaniel americano. Se trata de un DKM dependiente de la taurina. Este hallazgo es más fácil de diagnosticar en los gatos que en los perros. La cardiomiopatía dilatada es común en las razas grandes de perros, pero la prevalencia varía dentro de las razas afectadas:
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Deerhound escocés: 6,0%.
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Dóberman: 5,8%.
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Lobo irlandés: 5,6%.
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Gran danés: 3,9%.
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Bóxer: 3,4%.
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Terranova: 1,3%.
La información procede de estudios realizados en los años 80-90. La DKM sigue siendo la segunda enfermedad cardiaca adquirida más común en los perros. Las miocardiopatías se dividen en DKM clínica y DKM subclínica. La primera muestra síntomas claros como un mal rendimiento, tos, falta de aliento y debilidad en los cuartos traseros; por lo tanto, permite establecer un diagnóstico claro. En el peor caso, puede producir la muerte súbita. El verdadero problema es la DKM subclínica, que precede a la clínica, es que suele pasar desapercibida. El perro parece estar sano. La fase subclínica dura, según la raza, entre dos y cinco años y evoluciona lentamente hasta una preocupante dilatación cardíaca. Sin embargo, los signos claros de una DKM aguda posterior son las arritmias cardiacas, como la fibrilación auricular (FA) y las extrasístoles ventriculares (EV).
Para detectar y combatir los signos tempranos de la miocardiopatía en los perros, la cardiología se basa en el diagnóstico precoz y la medicina preventiva, mediante radiografías, ecografías cardíacas o ECG. En el caso de este último, se toma un ECG de 24 horas. Un perro sano siempre tiene algunas extrasístoles al día, que son arritmias cardíacas que se producen fuera del ritmo cardíaco fisiológico. En el bóxer y el dóberman, por ejemplo, hasta 50 VES/24h (contracciones ventriculares prematuras) se consideran inofensivas. En presencia de 50 (100) y más VES/24h, el riesgo de síncope (pérdida breve de conciencia) y de muerte súbita cardíaca aumentan bruscamente.
Perro con insuficiencia cardíaca: diagnóstico y control
En esta enfermedad, el corazón ya no es capaz de bombear suficiente sangre al sistema circulatorio para suministrar adecuadamente oxígeno al cuerpo. El resultado es una constricción de los vasos sanguíneos con los correspondientes síntomas de enfermedad, como tos intensa o falta de aire. Lo mismo ocurre cuando hay un cambio patológico en las válvulas del corazón. Cuando estas ya no se cierran correctamente, el flujo adecuado de sangre también se interrumpe de forma significativa. La principal causa de la insuficiencia cardíaca es la valvulopatía crónica, que se da sobre todo en las razas de perro más pequeñas, como los teckel, los caniches, los terriers de Yorkshire y similares, y a veces en los perros de más edad. Si esto no se detecta durante mucho tiempo, la aurícula y el ventrículo pueden agrandarse patológicamente. Este proceso suele ser gradual.
En la llamada fase preclínica el perro parece estar sano. Sin embargo, en el transcurso de la enfermedad aparecen síntomas de fatiga, falta de aire o incluso tos cuando se pasea al perro. En la enfermedad avanzada, estos síntomas se producen incluso cuando el perro está en reposo. El riesgo de desmayo o colapso de la circulación sanguínea con paro cardíaco aumenta enormemente. Los exámenes preventivos regulares y las medidas terapéuticas tempranas dan buenos resultados. Las medidas complementarias, como suficiente ejercicio, una dieta sana y un peso normal, ayudan a mantener la calidad de vida de los perros con enfermedades cardiacas durante muchos años.